ESPAÑA
Un estudio con ratones demuestra que la dieta materna antes y durante el embarazo es responsable de los problemas cardíacos de sus hijos
La investigación fue publicada en marzo en la revista AJP-Heart and Circulatory Physiology
Una investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington ha demostrado cómo los hijos de ratonas que consumieron dietas ricas en grasas y azúcares generaron problemas cardíacos que, además, persistieron en las generaciones posteriores. Estos problemas no sólo fueron transmitidos a los descendientes por parte de la madre, sino que hijos de ésta apareados con hembras alimentadas con una dieta sana dieron lugar a una descendencia que también se vio afectada por problemas en el corazón.
Las dolencias se detectaron incluso en en los descendientes no obesos que seguían una dieta normal. La mayoría de los corazones mostraban un aumento del peso del ventrículo izquierdo, encargado del bombeo principal del corazón. En los humanos, esto es una señal de mala calidad del músculo que puede derivar en una insuficiencia cardíaca susceptible de causar la muerte, pues la sangre no está siendo bombeada como debiera.
Al parecer, los problemas en el corazón de los descendientes se hacen patentes en las mitocondrias. Los defectos encontrados en éstas serían causados por los cambios epigenéticos en el ADN del óvulo. Ésta capa genética es la responsable de entender y traducir las instrucciones de los genes, y los cambios producidos aparecerían en cada una de las células de los ratones estudiados, incluso en los sistemas reproductivos.
Los investigadores del estudio quieren centrarse en analizar estos cambios con el objetivo de entender el proceso sufrido en las mitocondrias. Asimismo, se ha observado que las anomalías cardíacas desaparecen en parte con el paso de las generaciones, y que existen diferencias entre los corazones masculinos y femeninos, fenómenos que todavía no han encontrado respuesta y que los científicos quieren investigar.
Todavía no se han realizado estudios que permitan conocer si es posible revertir este proceso en las mitocondrias, pero lo que sí está claro es que la mejor manera de cuidar el corazón es practicar ejercicio y seguir una dieta saludable.