ESPAÑA
El Instituto Agronómico Mediterráneo de Zaragoza acoge unas Jornadas Internacionales para estudiar cómo sacar los antibióticos de la cadena alimentaria
Según la OMS, en el año 2050 las “superbacterias” matarán a diez millones de personas
El IAMZ es uno de los cuatro institutos pertenecientes al Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (CIHEAM), una organización intergubernamental de ámbito mediterráneo cuyos ejes centrales son el desarrollo sostenible de agricultura y pesca, seguridad alimentaria y nutricional, y zonas rurales y costeras. Este Centro Internacional está compuesto por 13 Estados miembros, entre ellos España. El Instituto de Zaragoza nació en 1969 con el objetivo de analizar e investigar activamente los ámbitos del medio ambiente, la pesca y la agricultura, la producción animal, la producción vegetal y la ciencia, tecnología y marketing de alimentos. Ofrece formación científica especializada y avanzada, y colabora con Universidades, empresas y organizaciones internacionales.
En estos días, Zaragoza acoge un debate acerca de cómo conseguir sacar de nuestra cadena alimentaria a los antibióticos. Expertos de todo el mundo analizan a conciencia la resistencia que muchas bacterias han desarrollado hacia estos medicamentos debido a un mal uso, lo que ha hecho aparecer las llamadas “superbacterias”, que según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud podrían matar a unos diez millones de personas en el año 2050. El mal uso y el uso abusivo de los antibióticos ha hecho que muchas bacterias muten, haciéndose resistentes y mermando la eficacia de estos medicamentos.
Los antibióticos son un tipo de medicamento producido por un ser vivo y sintetizados en un laboratorio, que tienen la función de destruir o frenar la actividad de las bacterias responsables de muchas de las infecciones que sufrimos. Existen distintas clasificaciones, en función de su capacidad de ataque o del efecto que causan en las bacterias; y respecto a su efectividad, depende de múltiples factores, como la capacidad de absorción del organismo, la cantidad administrada, la velocidad a la que el cuerpo metaboliza el antibiótico, la gravedad de la infección, las condiciones del paciente, las alergias o el coste que supone.
No cabe duda de que los antibióticos constituyen uno de los grandes logros de la medicina moderna, habiendo hecho descender notablemente las tasas de mortalidad a causa de infecciones bacterianas que hoy en día apenas tienen repercusión. Sin embargo, tal y cómo se está planteando estos días en el IAMZ, la resistencia de alguna bacterias al medicamento hace que éste pierda eficacia, y por lo tanto, que la salud humana corra un grave riesgo.
El director del IAMZ, Javier Sierra, apuesta por la investigación para descubrir nuevas sustancias, más naturales, que puedan evitar la aparición de enfermedades. Asimismo, insiste en la necesidad de sacar los antibióticos de la cadena alimentaria para evitar las resistencias bacterianas, al mismo tiempo que se deben tomar medidas en las grandes explotaciones animales. De todo este debate puede obtenerse una moraleja clara: la responsabilidad individual y colectiva ante el uso de los antibióticos es uno de los factores determinantes para el futuro de la especie humana.