ESPAÑA

Derrames cerebrales: qué son y cuáles son los factores de riesgo

El derrame cerebral o accidente cerebrovascular se produce por una alteración del flujo de sangre que tiene que llegar al cerebro. A consecuencia de ello, un área del cerebro deja de recibir el oxígeno y los nutrientes necesarios para funcionar correctamente. En países como Estados Unidos, es una de las causas principales de invalidez en personas adultas.

No siempre se puede evitar un derrame cerebral, pero existen factores de riesgo que conviene tener en cuenta para poder controlarlos o evitarlos. Una presión arterial alta, problemas cardíacos, diabetes, colesterol alto o tabaco son factores que pueden multiplicar las posibilidades de sufrir un ataque de estas características.

Los derrames cerebrales pueden ser de dos tipos:

• Isquémicos: un coágulo bloquea un vaso sanguíneo del cerebro. Suponen un 80% de los casos.

• Hemorrágicos: se producen por la ruptura de un vaso sanguíneo.

Algunos de los efectos que pueden producir los accidentes cerebrovasculares, más allá de la posibilidad de muerte, son parálisis, problemas raciocinio, en el habla, visuales y motrices, dolor y adormecimiento.

Reconocer los síntomas es vital para un diagnóstico temprano y un tratamiento eficaz que pueda paliar los efectos nocivos de un derrame. De hecho, el tratamiento para el tipo más común, el isquémico, debe iniciarse en las tres primeras horas tras el ataque.

Los síntomas más visibles que puede presentar una persona que está sufriendo un derrame son: adormecimiento o debilidad en la cara, un brazo o una pierna; confusión o dificultad para hablar o entender lo que se nos dice; problemas de visión o para caminar; mareos, pérdida de equilibrio o de coordinación; y dolor severo de cabeza.

Todos estos síntomas aparecen de forma repentina, por lo que lo más frecuente es que la persona que sufre el derrame no sea consciente de lo que le está pasando. Es por ello que la rapidez de actuación de las personas que le rodean se vuelve fundamental para paliar e incluso para salvar la vida de la persona afectada.